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miércoles, 10 de noviembre de 2010

9 semanas y media...




Manos sudorosas, palpitaciones, incipientes lágrimas, ansiedad generalizada... Sólo recuerdo un par de ocasiones en mi vida en las que puedo comparar esta situación...

Por fin entramos y nos sentamos, con ese dichoso sobre lleno de resultados, porcentajes, comparativas y palabros imposibles. Miro las pupilas del doctor, va pasando páginas, y otra más, y otra, no deja de esbozar su discreta sonrisa ("eso es que todo va bien??"). Por fin habla: "estás perfecta"... uff!!!! 
La alegría es inmensa, que no se acabe este momento, pero tenemos que verte, mi cosita creciente. Y ahí estás!!! Ya tienes bracitos y dos protusiones que prometen ser dos hermosas piernas. Barriguilla y un corazón que late con fuerza, no más deprisa que el de tu madre asustada.

La emoción me invade, ya me empiezo a sentir tu mamá, quizás porque ya tienes forma humana. Me siento tan responsable de ti... Y mientras, mi cuerpo empieza a cambiar, va adoptando una forma troncoidal, sin cintura, y un perfil con una incipiente curva, que hace que no me pueda abrochar ni un solo pantalón. Ya tengo ganas de sentirte...

Gracias, por darme un embarazo tan perfecto, me siento genial!